El lenguaje, además de ser el mecanismo por el que las
personas se comunican y transmiten conocimientos, ideas y opiniones, es uno de
los instrumentos más importantes para todo niño en el proceso de conocer el
mundo que le rodea y establecer sus primeras relaciones de afecto. En este
contexto, leer y escribir, como herramientas del lenguaje, se convierten en la
fórmula perfecta para incrementar el aprendizaje y el desarrollo en general. En
este artículo se exponen algunas razones.
Nunca es tarde para iniciar el proceso de lectura y escritura. Sin embargo, según los especialistas, comenzar la
enseñanza en la infancia tiene un sentido que va más allá de poder entender los
textos, cualquiera sea el nivel del que se esté hablando.
Si desde los primeros años de vida un individuo está cerca
de la lectura –concuerdan las opiniones expertas– se desarrolla la habilidad de
leer y escribir de manera natural como un complemento del lenguaje. Y eso es
solo el comienzo. Existe todo un mundo de factores relevantes cuando se trata
de lectoescritura en educación infantil.
Ganas de saber
Lectura y escritura son palabras que indican no solo pilares
de la educación, sino también habilidades humanas que permiten plasmar y
diseminar el conocimiento. Asimismo, son capacidades que todas las personas
pueden adquirir en un proceso que va más allá de la comprensión de los símbolos
y sus combinaciones. El dominio de la lectura y la escritura implica el
conocimiento del uso adecuado de los íconos (letras, signos y reglas) y,
además, la creación de un hábito en torno a la destreza. Esa rutina es
importante en la educación infantil y debe fomentarse desde los primeros años
de vida. Los especialistas sugieren hacerlo de manera tal que signifique un
gusto para que los niños se vayan maravillando con el universo de conocimientos
y experiencias que entrega un texto o un relato, cualquiera sea su tipo. Poco a
poco, la habilidad permite aprender cosas sobre el mundo que los rodea. La
lectura, en particular, se convierte en un medio de incalculable valor para
aumentar el deseo de saber.
Concentración
Como la lectura y la escritura son habilidades que requiere
atender un texto, inevitablemente trabaja la concentración. Esto ocurre de
manera inconsciente y sin esfuerzo, porque al leer, en la mente se van
organizando las ideas del escrito, se van reconociendo las principales y
secundarias. Algo similar pasa al escribir. De esta forma, se entrena la
capacidad de crear y organizar ideas. Junto a lo anterior, escribir y leer
enseña y mejora la ortografía. Sucede a medida que se ven las palabras, una
fórmula infalible para ir recogiendo información sobre el correcto uso de las
letras y conformación de palabras.
Reflexión y mejor expresión
Los múltiples escenarios que entrega la lectura y la
escritura contribuyen, en gran medida, al desarrollo general de un niño. En
particular, aportan a las capacidades de aprendizaje y de pensamiento,
sirviendo como herramienta para orientar y estructurarlos.
La lectura y el escuchar historias también es importante,
porque desarrolla la empatía y la habilidad de comprender oralmente: los niños
se identifican con personajes y atienden a sus aventuras. Pero no es todo. Al
leer y al escribir incluso se favorece la expresión oral de los pequeños porque
el proceso, inconscientemente, origina una reflexión acerca del lenguaje,
meditación que lo va enriqueciendo, ya que la escritura también ‘obliga’ a
pensar antes de transmitir una información, al elegir la mejor manera de
transformar los pensamientos y las ideas en palabras y expresiones. Así, poco a
poco, las capacidades de expresarse oralmente se potencian.
Personas creativas
Por último, pero tan importante como los puntos anteriores:
leer y escribir son actividades que favorecen la imaginación y la creatividad,
también el relajo y el entretenimiento. Respecto de lo primero, la
lectoescritura transporta por relatos de todo tipo, incluso por escenarios
fantásticos y llenos de elementos inspiradores. Con cada narración, de forma
automática, la mente crea imágenes de las historias. Esas recreaciones también
pueden plasmarse en palabras sobre un papel y, más tarde, en proyectos y
emprendimientos, iniciativas de cualquier tipo que reflejan una mente activa.
En cuanto a la relajación y el entretenimiento, la lectura y
la escritura tienen un aporte fundamental para una educación completa: son
actividades que permiten alejar situaciones generadoras de ansiedad. Y es que
al leer o al escribir un texto, ineludiblemente, la mente se aleja de otros
pensamientos y se genera un espacio donde solo importa el relato que convoca.
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